Si bien es casi imposible borrar nuestra huella digital en la Red, sí existen algunas herramientas útiles y procedimientos que facilitan la difícil tarea de borrar información personal que no queremos esté a la vista de todos. El derecho al olvido también se presenta como alternativa jurídica.
“Eliminar por completo la huella digital es prácticamente imposible: una vez publicamos información en Internet perdemos el control sobre ella y no sabemos quién puede acceder y con qué objetivo”, advierte Fernando Suárez, presidente del Consejo de Colegios de Ingeniería Informática (CCII) de España, en un artículo publicado recientemente por El País.
Para él, “una vez publicado algo en la web, perdemos el control sobre ese contenidO, Si publicamos una foto en una red social y posteriormente la eliminamos, no podemos tener la seguridad de que personas que hayan accedido a dicha fotografía no la hayan publicado en otros sitios web y, por lo tanto, su eliminación es mucho más complicada”.
¿Qué dicen los especialistas?
Ahora bien, no todo está perdido, hay algunas recomendaciones que nos comparte el experto que son de utilidad:
Todo lo que un usuario escribe en redes sociales, blogs, foros u otros servicios puede aparecer en Internet. Sabido es que Google es el líder indiscutible de los buscadores. En 2018 acaparó el 96% de las búsquedas de los usuarios, seguido de lejos por Bing, con un 3%, y Yahoo, con un 1%. Es posible editar o borrar gran parte de esta huella de forma manual y “para localizar este contenido, lo más recomendable es acudir a Google y buscarse a uno mismo, escribiendo entre comillas tu nombre y tu apellido, para posteriormente ir, con mucha paciencia, eliminando toda esa información”.
Google puede retirar información personal que suponga un riesgo importante de robo de identidad, fraude financiero u otro tipo de daños específicos. “Por ejemplo, números de identificación como el DNI (o RUT), números de cuentas bancarias o tarjetas de crédito, historiales médicos, imágenes de firmas o fotografías de contenido sexual explícito subido a la web sin nuestro consentimiento”.
Para pedirle a Google eliminar datos busque más información aquí.
Sin embargo, solicitarle a Google que elimine cierta información tiene sus limitaciones, ya que rellenar el formulario no garantiza que desindexen los datos. La compañía de Mountain View revisa uno a uno los enlaces y elige si desindexarlos o no.
“Cuando envías una solicitud, en Google buscamos el equilibrio entre los derechos a la privacidad de los usuarios afectados, el interés público que pueda tener esa información y el derecho de otros usuarios a distribuirla”, afirma la compañía en su sitio web oficial.
Ahora bien, si la información la encontramos a través de otros buscadores, también hay formularios que permiten solicitar su eliminación, pero se restringe geográficamente, por lo que no se contará con la seguridad de que efectivamente ha sido totalmente borrada.
Los expertos en general coinciden en la importancia de controlar en qué sitios web uno se da de alta. El presidente del CCII aconseja, ante todo, “prudencia antes de hacer uso de las herramientas de Internet”: “No solo de aquellas en las que publicamos información de forma directa, como blogs o redes sociales, sino del propio rastro que dejamos, por ejemplo, al hacer búsquedas o navegar”. En este sentido, se recomienda eliminar periódicamente las cookies, utilizar VPNs (red privada virtual, por sus siglas en inglés) u optar por buscadores alternativos a Google pensados para navegar sin dejar rastro.

Derecho al olvido
En mayo de 2020 se cumplirán seis años desde que un tribunal europeo dio pie a lo que hoy conocemos como el Derecho al olvido, que no no es más que la decisión legislativa de declarar a los motores de búsqueda como responsable de bases de datos personales y se habilita a los titulares de datos personales a ejercer derechos ARCO (acceso, rectificación, cancelación u oposición) cuando estos datos resultan inexactos, falsos o dejan de ser relevantes.
Ante la ausencia de una legislación específica, las personas afectadas por contenido en línea desactualizado, inexacto o que podría coartar sus derechos se han visto obligadas a echar mano al recurso de protección como mecanismo para evitar que cierto contenido en línea sea vinculado a su identidad.
La implementación del derecho al olvido en Europa ha resultado problemática. Existen indicios de que la tasa de solicitudes aceptadas de desindexación es excesivamente alta, no asegurando que su aplicación se realice de forma excepcional.
¿Es el derecho al olvido el camino adecuado para proteger los datos personales? La organización independiente y sin fines de lucro Derechos Digitales llama a reflexionar sobre los alcances de la legislación internacional vigente y la realidad nacional.
Fuentes: El País / Derechos Digitales